Imagen: Toya Pérez
El sufrimiento es una pesadilla que se cura despertando. Victor Creixell
Hace ya unos cuantos años tuve una profesora de inglés que solía decirnos: Who do you think you are? The Queen? Fue una frase que a mi amiga Rosa y a mí se nos quedó grabada y que hemos utilizado después en múltiples ocasiones, en modo broma “on”. Con los años, esta frase fue cobrando un nuevo sentido. ¿Quién creo que soy? ¿Mi profesión? ¿Mi función familiar? ¿Mi personalidad, mi identidad construida?
Podemos creernos la reina o la esclava. Nuestra mente nos puede llevar a terrenos arrogantes, donde nuestra verdad es la única y debemos imponerla. Otras veces nos lleva a la sumisión, a no creernos nuestra valía, a pensar que no vamos a estar a la altura, que somos inferiores y nos doblegamos a los deseos de los demás sin tomar conciencia de si eso es lo que realmente queremos o debemos hacer.
En cualquiera de los casos, serán respuestas de la mente, y no serán ciertas. Como bien cuenta Enrique Martínez Lozano, solo una respuesta desde la atención, desde la consciencia, puede ser auténtica. No somos lo que pensamos que somos, y resulta que la respuesta a esta pregunta es la clave para nuestro bienestar profundo, para nuestra felicidad. Curioso, ¿no?
Cuando practicamos mindfulness en clase, cuando entrenamos nuestra conciencia plena al presente, en ocasiones buscamos un objeto de atención, la respiración, la conversación, una pasa que comemos despacio, un movimiento consciente… En otras ocasiones simplemente observamos la mente, los pensamientos que afloran, aceptándolos sin alimentarlos, sin luchar, dejando que se expresen y también que se vayan.
En consecuencia, esa fusión cognitiva, ese creernos esa voz de la cabeza, se va desactivando. En el momento en el que nos damos cuenta de que podemos observar esos pensamientos y que, por tanto, no somos nada de lo que dicen, empieza el auténtico viaje del autoconocimiento profundo.
No hay experiencia más gratificante que mirar los ojos de una persona que despierta, que sale del letargo del piloto automático, que deja de creerse lo que su mente le dice, que deja de culpar a todo y a todos de su malestar, que empieza a descifrar los mensajes del cuerpo, de la vida y que comienza a darse cuenta de quién es de verdad.
Creixel, V. (2008 ) Del sufrimiento a la consciencia. Un camino a la libertad. Madrid: Bubok