El viaje de tu vida

Tengo que estar dispuesto a abandonar lo que soy para convertirme en lo que seré. Albert Einstein

Septiembre. Mes de vuelta al cole, de nuevos comienzos.  Dejamos atrás las vacaciones, la desconexión, el parar para poder seguir.  Y aquí estamos de nuevo, con fuerzas renovadas para seguir en este camino del autoconocimiento y del acompañamiento hacia nuestra vida mejor.

En septiembre es habitual que busquemos nuevas actividades para nuestro tiempo libre, en ocasiones es un nuevo idioma, otras veces es un gimnasio donde tratar de quemar los excesos del verano, y a menudo buscamos donde poder disfrutar de un hobby o de eso que nos falta en nuestra ocupación habitual.

A veces son las circunstancias las que nos van llevando hacia nuevas búsquedas. La vida nos va poniendo nuevos asuntos en los que poner en el foco y, aunque a veces sean dolorosos y no los comprendamos, pueden constituir una puerta que se abre hacia una nueva estancia más luminosa: los conflictos y problemas, la enfermedad, la desorientación, la insatisfacción, el estrés o la ansiedad,  la sensación de vacío…  a veces ni siquiera sabemos lo que nos pasa, pero sentimos que algo nos falta…

No es extraño que busquemos fuera: nueva casa, nuevo coche, nueva pareja, otro trabajo…, pero los parches externos no solucionan la sensación de viaje sin rumbo.  Muchas veces es la propia multiactividad y sobreocupación las que nos impiden ver más allá. El trabajo, los niños, la casa… el querer llegar a todo nos absorbe y no hay tiempo para preguntarnos dónde estoy o dónde quiero estar, cómo estoy o cómo quiero estar y mucho menos de hacernos la pregunta por excelencia: ¿quién soy yo?  Y a menudo son el miedo a lo desconocido o los prejuicios los que nos impiden comenzar el viaje interior.

Somos prisioneros de nuestra mente. Darse cuenta es el primer paso en el viaje de la liberación. Ram Dass

  • La práctica de la introspección y de la meditación puede darnos muchas claves: nos ayuda  a salir de nuestros patrones mentales, de nuestro condicionamiento, favorece la observación de nuestros pensamientos -frutos de nuestras creencias perfectamente instauradas- y nos permite viajar hacia nuestro yo profundo y conectar con nuestra esencia.
  • La respiración nos ayuda a sentir la vida en nosotros, a vivir en el presente, a relajarnos y dejar de oponer resistencia a la vida.
  • La práctica de la atención desarrolla nuestra capacidad de ver y comprender lo que sucede dentro y fuera de nosotros, favoreciendo que seamos capaces de tratar a nuestros semejantes y a nosotros mismos de manera más humana y compasiva.

Nuestro destino nunca es un lugar, sino una nueva forma de ver las cosas. Henry Miller

¿Te unes al viaje?

Para terminar, te dejo un enlace a esta valiente canción de Diana Navarro de su Álbum Resiliencia (¡Gracias, Alicia!)

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